Por: Chema Frías
1. Hace muchos años, cuando aún no votaba, viví mi primera experiencia de saturación de publicidad política. Eran los tiempos del PRI carro completo y el PAN empezaba a hacerle ruido en algunas partes del país. Fue una campaña muy exitosa del panista Pablo Emilio Madero en Nuevo león. Estuvo cerca. Lo recuerdo porque a todas horas sonaba, en coches con bocinas que circulaban por la ciudad, su jingle de campaña, una adaptación de la canción «Que viva España». Cantaban: «Por eso canta Nuevo León, ¡Que viva Madero!». La canción me pareció tan pegajosa que aún la tengo trabada en mi corteza cerebral.
2. Es de llamar la atención el fenómeno que ha resultado la canción de Movimiento Ciudadano, «Movimiento Naranja». No es nueva, la han usado desde hace varias elecciones, pero ahora que la canta el niño indígena resultó un bombazo de «Hit Parade». Hasta la versionan en antros y está en las listas de popularidad de Spotify de varios países. La verdad, me parece una buena canción. Desconozco quién la compondría, pero es alguien que debería estar haciendo éxitos de radio.
3. También Morena tiene su tema contagioso y bailable desde hace algunos años. Allí sí conozco al culpable, mi amigo y colega Byron Barranco, «El Versacruzano». Incluso el mismo la canta. En su versión primera, la modelo del video era la guapa morena Luisa María Alcalde, quien tiempo después sería diputada federal y que ahora está en el gabinete anunciado por AMLO, en caso de ganar.
4. Los jingles de los políticos son todavía una de las áreas en donde los músicos tenemos trabajo, aunque es difícil mantenerse neutral cuando quien lo solicita es un candidato que no es de nuestro agrado. Me consta.
5. Llega el cliente:
— Quiero que me haga un jingle para mi candidato a la presidencia.
— ¡Ya llegó, ya está aquí, el que va a sacar al PRI!
— Oiga, mi candidato es el del PRI.
— Sí, lo sé.
Un día más.
Para sacarle la vuelta a la propaganda política.
*Lo escrito en esta columna es responsabilidad de su autor.
