A pesar de que existen varios “Días de las Aves” en los que se celebra a estos prolíficos animalitos a nivel mundial, internacional y local, por especie o por tipo, es un hecho que el 10 de enero es plenamente reconocido como el Día mundial de las Aves. Tenemos entre estos mencionados días por ejemplo, el Día de las Aves Migratorias que fue instituido por las Naciones Unidas y que es el 10 de mayo, otro día de las aves que se celebra el 24 de mayo en el viejo mundo, otro que se celebra durante la primera semana de octubre, y muchos más días nacionales de las aves regados por todo el planeta.
Esta es una de esas celebraciones que aunque son populares y definitivamente aceptadas por el grueso de la población, (en este caso sobre todo la población amante de las aves), y que continúa repitiéndose año tras año, simplemente no es del dominio público ni su origen, ni a qué obedece el que se haya designado el 10 de enero para ésta.
Lo importante es el objetivo, y el objetivo es celebrar a las aves, promoviendo la cultura en torno a ellas y concientizando a las nuevas generaciones en la causa por su conservación en todo el mundo. Las aves deben ser apreciadas no solo por su belleza, que en su particular es en algunos casos extrema, sino también por el papel vital que desempeñan al formar parte de los muchos y diversos ecosistemas existentes en nuestro planeta.
Las aves, principalmente por su capacidad de volar, son excelentes transportadoras de semillas y en muchas ocasiones hasta actúan como polinizadoras. Controlan la reproducción de insectos y pequeños animales gracias a su voraz apetito (quién no recuerda el dicho aquel de “Come como pajarito… nada más todo el día”), muchos de estos insectos y animales se reproducirían sin control hasta convertirse en plagas en extremo peligrosas para el hombre.
Desde siempre, el ser humano se ha visto fascinado por el canto de las aves. Dichos trinos han sido mencionados en libros e historias que datan de épocas tan remotas como diversos han sido sus orígenes. Escritos tanto paganos como religiosos, poemas y leyendas. Siempre se encuentra alguna en la que se mencione o su fascinante canto o sus maravillosos plumajes. Las aves forman parte importante en la vida del ser humano y seguirán formando parte de ésta, si aprendemos a defender y respetar sus hábitats y derechos.
Este 10 de enero, celebrar a las aves principalmente protegiendo su supervivencia, es lo mínimo que merecen estos melodiosos emplumados.
Y tú… ¿has despertado alguna vez escuchando el canto de un ave? Cuéntanos en el espacio debajo de esta nota.
