Cada 31 de enero se celebra el Día Internacional del Mago con el fin de conmemorar a todos los artistas que dedican su talento a alimentar y mantener viva la capacidad de asombro en todos nosotros. Esta celebración inicia y es en honor a Juan Bosco (Santo Patrono de Los Magos) quien murió el 31 de enero de 1888, fue canonizado casi cincuenta años después el día 1 de abril de 1934, siendo casi dos décadas más tarde durante un congreso de Magia realizado en Segovia, España que se eligió a Don Bosco como patrono de los magos e ilusionistas, seleccionando además la fecha de su fallecimiento, para conmemorar en todo el mundo, el Día de los Magos.
Giovanni Melchiorre Bosco Occhiena, mejor conocido como Don Bosco o San Juan Bosco, quien naciera en el año de 1815 en Castelnuovo, Italia, fue un notable sacerdote que educaba a los jóvenes y niños, precisamente usando trucos de magia para por medio de su asombro atraerlos a la iglesia. Asimismo recolectaba fondos haciendo estos trucos, a fin de ayudar a los más pobres.
Cuenta la historia que Don Bosco aprendió magia y malabarismo por necesidad. Tuvo una niñez y juventud muy pobre, y en consecuencia se vio obligado a trabajar en varios oficios. Se dice que cada vez que una feria llegaba de visita a su pueblo (Castelnuovo) él se pasaba todo el tiempo viendo a los magos e intentando descubrir cómo era que hacían sus trucos, descubriendo algunos de ellos por sí mismo e investigando incansable la forma en que eran realizados los que no lograba descubrir. Durante su formación y desarrollo en el sacerdocio, decía estar seguro de que podía predicar la palabra de Dios haciendo magia y malabarismo, llegando con el tiempo a convertirse en la sensación de su pueblo y sus alrededores, situación que utilizaba sabiamente para ejercer su apostolado.
Dícese que algunos de los trucos que componían su repertorio de magia, siendo muchos de estos interpretados como milagros, eran sacar de la boca de un chico 12 bolitas rojas, cambiar el agua en vino que luego ofrecía a los espectadores, multiplicar los huevos de gallina sobre un cesto, sacar palomas del bolso de las señoras, sacar conejos de los sombreros de los espectadores, adivinar el dinero que llevaban los espectadores en los bolsillos, hacer que su varita mágica volara sobre sus manos, resucitar un pollo previamente descuartizado y caminar saltando y bailando sobre una cuerda floja, sosteniéndose con un sólo pie.
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