Por: Blanca Martínez
Estoy en shock. La noticia invadió las redes sociales, de inmediato todos compartiendo fotos con Diego o anécdotas con él. Diego Verdaguer ha fallecido. Me quedé sin palabras.
La foto que abre esta nota es de cuando tuve el privilegio de hacer el programa de bohemia con él hace algunos años. Recuerdo que todos los compositores que habían ido antes que él iban solos y con su teclado oo su guitarra, él me dijo desde que lo invité que tenía que ir con por lo menos dos de sus músicos. ¡Y a ver! nimódo que le dijera que no.
El foro era súper chiquito, pero pues era Diego Verdaguer y las cosas tenían que hacerse como él quería. Llegó con sus músicos y pues yo también quería sorprenderlo y sacarla esa sonora carcajada argentina que resonó cuando me vió llegar con aquella peluca negra tipo Amanda Miguel, en honor a él y para rendirle un homenaje a esa mujer que admiro y quiero tanto y que hoy debe estar debastada.
Esta pareja ha recorrido todos los escenarios habidos y por haber y han marcado un antes y un después en la música. Pero bueno, sigamos.
Cuando me vio llegar al foro con aquel pelucón negro de pelo chino soltó esa carcajada argentina que aún me parece escuchar. Olía delicioso, él siempre seductor y coqueto, con aquella sonrisa inolvidable.
Luego en otra ocasión me abrió las puertas de su casa, casa que yo ya conocía porque la visité cuando la dueña era mi querida Ofelia Medina, esta primera actriz maravillosa a quien amo tanto.
Su legado musical quedará para siempre. Cuando lo conocí como público en un programa de Raúl Velasco jamás pensé ni que lo iba a entrevistar y mucho menos que haría él mancuerna con el género regional mexicano.
Descanse en paz Diego Verdaguer. El cielo está de fiesta con tu llegada.
¡Hasta siempre, mexicano hasta las pampas!
