¡Y PUES YO ME APROVECHE!

Y pues yo me dije: “ora es cuando” y que le doy un buen abrazo y pues me acerqué a él lo más posible, como verán mi sonrisa de oreja a oreja habla más que cualquier palabra pero…¿a poco él no tiene una sonrisa espectacular? no cabe duda que es un galanazo. Por cierto que me chuleó mucho mi vestuario y bueno, a mí cada vez que me decía algún piropo se me caían los choninos como yoyo.