Mis queridos chicuelos y chicuelas, hoy quiero escribir sobre la Thalía y la Yolanda que tuve el privilegio de conocer cuando Thalía grabó su disco de banda. Recuerdo perfectamente que fui la última en entrevistarla, Joe Bonilla era quien le manejaba la prensa y relaciones públicas y me impactó la sencillez y amabilidad de Thalía-que no me conocía- y de su madre, Yolanda. Noté que entre las dos había más que esa relación maravillosa de hija y madre, había una conexión mucho más especial. Yolanda estaba pendiente de cada detalle, atentísima conmigo, siempre con una sonrisa en los labios y explicándome emocionadísima el respeto que Thalía tenía por el género regional mexicano. Thalía me recibió con esta frase: “Moría por conocerte morí” y la verdad, se me cayeron los calzones, porque esa es mi forma de hablar y comprendí que Joe Bonilla la había puesto al tanto de quién era yo y cómo hablaba, etc. Pero a lo que voy es a lo siguiente, desde aquel momento me volví fan de esta mujer que a pesar de proyectar en aquel momento una imagen mega sensual, la persona que yo tenía enfrente al entrevistarla era una mujer espiritual, sí, muy espiritual, transparente, que se abrió de capa y me contó muchísimas cosas frente a su madre, Yolanda, quien siempre estuvo con una sonrisa pendiente de las dos, de lo que hacía falta, de que la entrevista saliera bien. La recuerdo pícara, dicharachera, con una luz en la mirada muy especial y con esa sonrisa memorable. Sé que hoy Thalía está experimentando el dolor más grande que una persona puede sentir, porque perder a una madre (yo ya lo viví) es un dolor que no termina nunca, pero en este caso más, porque Thalía y su madre eran amigas, confidentes, cómplices, compañeras. Ella la llevó siempre en su carrera, persistente, todo lo que se proponía lo lograba y me puedo imaginar lo que ahora está sintiendo Thalía, esa artista que sus fans adoran, esa mujer que está a punto de ser madre nuevamente y está perdiendo a la suya. Esa mujer que sé que en el fondo de su corazón sabe que Yolanda no se irá nunca de su lado, sólo ha cambiado de plano, esa mujer que sabe que Yolanda seguirá con ella más cerca que nunca aunque no sea físicamente, esa mujer que conoce las señales del universo y los designios de Dios, esa mujer que tiene la fortaleza y la entereza para soportar este dolor tan grande porque tendrá que guiar a sus hijos como Yolanda hizo con ella. Querida Thalía, no hay palabras que yo pueda decirte que mitiguen tu dolor, lo sé, rezaré por Yolanda y su sonrisa quedará por siempre grabada en mi memoria y deseo con todo mi corazón que todos los medios respeten tu dolor y que el hecho de ser la artista que eres y lo exitosa que eres no provoque que nadie haga más grande el dolor que ahora sientes en tu corazón. Tú también eres una guerrera y lo sabes, tu mamá te lo enseñó cada día, a cada momento y en cada etapa de tu vida. Tu madre siempre estará contigo como siempre ha estado en tu corazón.
