Sensualidad y pasión desbordó el astro puertorriqueño Ricky Martin en un escenario en Managua, donde enloqueció a sus admiradoras que bailaron, cantaron y gritaron en una movida noche teñida de romanticismo.
Con un “show” provocativo y atrevido, el artista defendió la víspera su derecho a una opción sexual distinta y clamó por “igualdad”, tolerancia y respeto a la comunidad gay.
Dejó al descubierto su propia piel en un video autobiográfico, en el que retrató dolorosas experiencias de rechazo social en la infancia, en la escuela y su forma de encarar su situación personal para reclamar al mundo sus derechos: “No tengo miedo a soñar… no tengo miedo a vivir.
“Haber aceptado quién soy me ha hecho más fuerte… tuve la posibilidad de canalizar mi energía a través del baile”, admitió.
“Soy gay, soy feliz”, proclamó de forma clara y sonora.
Una respuesta eufórica de los miles de asistentes no se hizo esperar, pues cantaron, bailaron, gritaron y aplaudieron a su ídolo durante más de dos horas de espectáculo, pese a una fina lluvia intermitente que caía sobre la capital nicaragüense.
El “Tour Música+Alma+Sexo (MAS)” encendió a los presentes, quienes le hicieron manifiesto su respeto, admiración y cariño a Ricky Martin.
Jugando con los colores negro y blanco en sus trajes, el artista destiló sensualidad con sus movimientos cadenciosos, al ritmo de esa música alegre y contagiosa.
Usando pantalones negros y una chaqueta del mismo color, abierta, se apreció el sudor corriendo sobre sus definidos pectorales, enloqueciendo a sus fanáticas.
“Living’ la vida loca”, “She bang”, “La copa de la vida”, “Pégate”, “María”, “La bomba” y otros temas románticos fueron coreados y bailados por los miles de asistentes.
En una de las controvertidas coreografías, un máximo del juego de la sensualidad, los bailes de hombres y mujeres con pequeños trajes parecieron confundirse en abrazos, con rapidez de movimientos.
Para despedirse, ondeó una bandera de Nicaragua y pidió a sus admiradoras “enviar mensajes de paz, amor y cicatrización a la sociedad”.
“Muchas gracias por ese amor, ese gran cariño, por esas sonrisas y esa pasión”, expresó.
Una cerrada ovación se escuchó cuando pidió “igualdad” entre los seres humanos, independiente de su condición. “Yo no soy mejor que nadie, pero tú tampoco eres mejor que yo”.
El concierto compensó la ausencia de casi dos décadas de los escenarios nicaragüenses y prometió “volver”.
Fuente: radioformula.com.mx
