Hace algunas semanas mientras me encontraba en mi residencia en Miami recibí inesperadamente una llamada en mi casa de parte de un “reportero” del periódico El Universal de México pidiendo hablar conmigo. Aunque no acostumbro tratar temas de trabajo en casa la persona en cuestión se mostró bastante insistente en preguntar acerca de una película que ya había terminado en el D.F. Después de unos minutos de conversación repentinamente me preguntó cómo me sentía del cáncer que padecía y cómo me iba en mi tratamiento.
Mi primera reacción fue de sorpresa por sentir una absoluta invasión y violación a mi privacidad y con un sentimiento que ni yo ni mi familia estabamos dispuestos a enfrentar, al menos no de esa manera, ya que efectivamente en mayo se me diagnosticó con un pequeñísimo tumor canceroso en una mama y me había sometido en junio a una cirugía que me liberó, gracias a Dios, y a la detección a tiempo, de cualquier vestigio de Cáncer.
Pocos días después la portada de la revista TVNotas México publicaba la noticia del padecimiento de cáncer que había yo tenido junto a la nota del “reportero” que claramente se hizo pasar como parte del periódico El Universal y además agregando información falsa como que estoy bajo el proceso de quimioterapia, gracias a Dios, solo estoy haciendo radioterapia, o que me enteré de la enfermedad antes de la muerte de mi querida amiga Lorena Rojas.
Este acto ocasionó una tormenta de especulaciones tanto en mi entorno personal, familiar, periodístico y sobre todo en el medio artístico para el cual he laborado durante tantos años. Por mi propio bien y por instrucciones médicas estrictas no solo decidí descansar y asimilar un poco lo que estaba pasando en mi vida, ya que me encontraba y me encuentro todavía bajo un estricto tratamiento médico.
Ante tal caos en el flujo de información y en un instinto de protección mi esposo desmintió la noticia para después dar paso a que mi publicista anunciara que no había ninguna declaración oficial en referencia al tema de mi salud.
Hace unos días uno de los médicos que me está tratando me dijo: considérese libre del cáncer, así que tomé la decisión de hablar, ahora sí, de los difíciles y dolorosos momentos que he vivido junto a mi esposo, mi hija y mis hermanos, esperando que le sirva sobre todo a las mujeres que están pasando por lo mismo y dar especial atención a la detección a tiempo, ya que si yo no me hubiera hecho mis estudios anuales como acostumbro no me hubiera dado cuenta de que el cáncer estaba en mi cuerpo y no hubiera tenido un resultado tan exitoso.
Es por eso que tome la decisión de hacerlo en una publicación que ha respetado mi trayectoria, mis tiempos, mi entorno, mi familia y sobre todo que sé que manejará las cosas sin amarillismo y que será conmigo portavoz de los millones de mujeres en el mundo que se ven afectadas por el cáncer.
Quiero dejar claro que no he recibido compensación alguna por parte de la revista People en Español, y que sí he recibido un gran apoyo, cariño y sobre todo profesionalismo de parte de su personal al tratar un tema que es tan delicado y que sigue siendo un tabú en nuestra sociedad.
Quiero agradecer a todo el público que me escribió, que sigue escribiéndome, a mis compañeros y amigos por estar ahí para mí, a los medios de la prensa en México y en el extranjero que manejaron la noticia de una manera discreta, sin insistir y sobre todo GRACIAS por esas oraciones que me han acompañado a lo largo de los pasados meses que han sido difíciles, muy difíciles, pero que gracias a Dios y a los médicos que me han atendido me tienen ahora libre del cáncer.
Gracias de corazón.
Adriana Barraza