
Quince mil almas llegan al éxtasis y refuerzan la tradición musical norteña…
Intenso y delirante fue el espectáculo que presentaron Los Huracanes del Norte entre la noche del sábado y la madrugada del domingo en Ciudad Nezahualcóyotl ante unos 15 mil fanáticos que se volcaron en ovaciones, bailaron y corearon todas las canciones del repertorio de estos músicos que también son llamados “los meros, meros, meros de la música norteña”.
La noche muy fría, pero el ambiente calientito y el show que comenzó con “El gato de Chihuahua” iba creciendo en emociones tras los acordes musicales de cada tema de estos Huracanes también emocionados por la respuesta de su público mexiquense, siempre fiel a su estilo y atentos a su convocatoria musical.
Lupillo, así como sus hijos Toño, Rocky y Chapete (la sangre nueva) hacían vibrar al respetable con sus corridos y las canciones de amor con derroche de miel o las de melancolía por la ingrata perdida, pasando por las chuscas que se han hecho famosas como “El dormilón”, “Eres casado y re regaña tu señora” y hasta “La clave 911” que están bien presentes en la memoria del respetable.
“La gente anda preguntando, en qué trabaja el muchacho” reza una parte de una canción que la multitud pedía a gritos o luego se hacia un coro monumental con “No más por tu culpa” que es uno de sus grandes éxitos y que se notaba, a toda la gente le llegaba bien adentro, pues la seguía con mucho sentimiento…
Entre el público reunido en la gigantesca explanada aledaña al Estadio Neza, había mucha algarabía y una que otra lagrimita de dolor cuando se escuchó “La cruz de madera” que es una pieza que nos recuerda que lo único seguro que tenemos en la vida es… la muerte.
Pero más allá de la momentánea tristeza, seguía la alegría con canciones tan festivas como “La güera musiquera” o “El ranchero chido” que permitían el alarde de los “efectos especiales” con la pirotecnia y el movimiento vertiginoso de la iluminación robótica logrando gracias a las computadoras una visión coordinada entre el audio y la luz…
El derroche de calidad y estilo de Los Huracanes del Norte duro dos horas y tras las apoteósicas ovaciones para despedirlos siguió el frío de este invierno, más nunca dejó de sentirse el calor humano de tanta gente que se fue a su casa con un gusto enorme…