La euforia alcanzó su punto máximo al escuchar a estos dos talentos alternar voces en temas que ya son himnos para toda una generación. Primero, la poderosa interpretación de “Ya Te Perdí” de Iván Cornejo, que resonó con cada alma presente. Y justo cuando creíamos que no podía mejorar, se lanzaron con “Acurrucar” de Ed Maverick, desatando una ola de coros que erizaron la piel.
Los miles de asistentes corearon con una fuerza impresionante cada letra, creando una atmósfera mágica y uniendo las voces de dos públicos que, aunque distintos, comparten la pasión por la música auténtica y emotiva. Esta colaboración inesperada no solo celebró el talento de ambos artistas, sino que también dejó claro que la música mexicana sigue rompiendo barreras y creando conexiones inolvidables.
La noche en el Metropólitan será recordada como una de esas joyas inesperadas que solo la música en vivo puede ofrecer. Fue una demostración del poder de la sorpresa y de la conexión genuina entre los artistas y su público.
