Tanto Gabriel Vázquez, el manager de Jenni Rivera, como el Sr. Cano y su hija Claudia estaban felices por el éxito del evento, éxito que nada ni nadie podrá jamás opacar.
Desde que apareció la silueta de Jenni Rivera en el escenario los regios comenzaron a gritar desesperados, era obvio que querían ver a su ídolo.
Las fotos publicadas por todos los medios, tanto regiomontanos como de todos los lugares que cubrieron el evento hablan por sí solas. La emoción de Jenni Rivera era notoria, y yo, como regiomontana me sentí muy agradecida y conmovida porque ella, sin ser de Nuevo León, donó 500 mil pesos a los damnificados por el huracán Alex, cosa que muchos artistas o gente pudiente de Monterrey no ha hecho. ¡Mil gracias, diva! Además donó 100 mil pesos por cada uno de sus hijos que son cinco. El éxito de Jenni Rivera en La Arena es INCUESTIONABLE, INNEGABLE y MEMORABLE, no importa cuánta gente ni con qué objeto lo quieran distraer con otro tipo de comentarios, pero toda la gente que estuvimos presentes en La Arena Monterrey sabemos lo que ocurrió esa noche: el público entero se le entregó a la diva a grado tal que algunas mujeres mostraron sus “bubis”, pero eso ya fue responsabilidad de cada persona, no de Jenni Rivera y muchos menos de La Arena Monterrey. Lo que sí es un hecho es que la diva vuelve a ser la primera mujer en llenar este recinto SOLITA, sin ningún otro artista o grupo para que luego no se supiera quien metió la gente, aquí la gente la metió Jenni Rivera. ¡Felicidades, diva!
