Con el lanzamiento de “So Fine”, Jon Z se lanza sin frenos a una narrativa de placer crudo, cuerpos sudados y conexiones que arden al borde del delirio. Esta vez, lo hace desde una playa sin nombre, con una toalla en la arena y una súplica entre jadeos: quédate.
La letra de “So Fine” habla claro: sexo, Medalla y jet skis. La producción —minimalista, pulsante, casi hipnótica— deja que Jon juegue con los silencios y los beats, mientras recita imágenes que se sienten más como recuerdos vívidos que como versos. Hay algo íntimo en ese grito de deseo, algo vulnerable entre tanta euforia.
El tema se presenta como es: directo, visceral, sin censura. Jon Z no está contando una historia de amor. Está documentando una obsesión. Una atracción que se siente como un trip que no sabes si vas a disfrutar o te va a explotar en la cara.
Con “So Fine”, el artista puertorriqueño reafirma su capacidad para capturar el lenguaje de la calle sin perder lo cinematográfico. El tema ya está disponible en todas las plataformas digitales.
