Por: Blanca Martínez
Fotos: Cortesía de Oficina de Lupillo Rivera
Fotos de Lupillo y Doña Rosa: Omar Landa
A cerca de 4 mil personas no les importó el frío ni la carretera difícil que lleva hasta Iturbide N.L. donde El Toro del Corrido le daría una Serenata de Respeto a su hermana, Jenni Rivera y donde no se olvidó de mencionar al equipo que iba con la diva de la banda en ese avión: el Lic. Mario Macías, Jorge Sánchez el peinador, Jacob Yebale el maquillista y Arturo Rivera Ruiz, jefe de prensa y relaciones púbicas de Jenni y que también en un tiempo trabajó con el propio Lupillo.
Mientras él estaba en el escenario en una de las noches más difíciles de su vida, Liz Briones, Gilberto Martínez “La Parca” y yo transmitíamos el evento en vivo para Televisa Monterrey.
El frío era insoportable, sin embargo, Lupillo apareció en el escenario para ser ovacionado por los fans de él y de Jenni que con fotos de ella, cartulinas y gritos lo recibieron con muchísimo cariño.
Lupillo Rivera cumplió cantándole a Jenni las canciones que le gustaban, ofreció una gran actuación por espacio de dos horas y media, haciéndose acompañar por mariachi y banda, fue una noche donde los recuerdos se vinieron como avalancha y aunque él se había contenido durante todo este difícil año, esta noche no pudo contener el llanto.
Desde la mañana del domingo, cientos de personas empezaron a llegar a Iturbide, pueblo de escasos 3 mil habitantes, pero los tres hoteles ya estaban a su máxima capacidad, así que buscaron rentar casas e inclusive muchos se quedaron a dormir en sus propios automóviles.
Había gente de muchos lugares de la República Mexicana e incluso de Estados Unidos, ahí pude ver al Burronio, Lorenzo Guevara, J-Unit y adorador de la diva de la banda y fan también de Lupillo Rivera.
Las puertas de la Unidad Deportiva La Fotaleza, se abrieron a las 20 horas, iniciando la música dos horas después, y ya llegando la media noche y cuando se encontraban reunidas cerca de 4 mil personas, hizo su aparición Lupillo Rivera, quien fue cantando tanto con el mariachi como con la banda.
En repetidos momentos, Lupillo Rivera recordó a Jenni, dijo sentirse orgulloso de que haya sido su hermana, y en varias ocasiones hacía un señalamiento al cielo. En los costados del escenario había unas grandes lonas con la imagen de ambos abrazados, foto que le fue tomada en Texcoco, cuando se vieron por última vez.
Se le veía fuerte a Lupillo Rivera interpretando sus grandes éxitos, pero la primera ocasión que lloró fue cuando cantó “Tragos amargos”, pues de golpe se le vino el recuerdo de que se trataba de la última canción que interpretó con su hermana, justo en Texcoco, Estado de México, hace poco más de un año.
Vestido de traje negro, Lupillo Rivera continuó con su serenata e invitó al escenario a sus padres ahí presentes, Pedro Rivera y Rosa Saavedra, quienes agradecieron a la gente el gran cariño y el apoyo brindado a sus hijos.
Cabe mencionar que a Lupillo le entregaron las llaves de Iturbide N.L. y él le dio este reconocimiento a su madre, Doña Rosa Saavedra.
Para cuando ya había rebasado las dos horas de actuación, haciendo un recorrido por su amplio repertorio y haber hecho cantar a la gente en un gran coro con la canción “Inolvidable”, uno de los éxitos de su hermana, y ya cuando lo sentimientos se agolparon más, anunció que sería difícil interpretar la última canción, incluso dijo que lo perdonaran si no la cantaba bien, tomó asiento y cantó “Amor eterno”, interrumpida en varias ocasiones porque rompió en llanto. Así, se despidió entre gritos de “Lupillo, Lupillo, Lupillo”, recibiendo una gran ovación de la gente que acudió a esa gran Serenata de Respeto, a ese recital donde se recordó a la Diva de la Banda.
