Sinceramente una de las emociones más grandes de mi vida la víví cuando plasmé y develé mis huellas en la Plaza de las Estrellas. Primero que nada quiero agradecer a Gloria Fontanet y a Eduardo Narvaez el que me hayan tomado en cuenta para que mis manitas estuvieran ahí entre tantas personalidades importantes.
Ese día fueron mis padrinos mi adorado José Cantoral y Emir Pabón y me dio mucha emoción porque recordé cuando yo era jefa de prensa de Bronco y nos hospedábamos en el Hotel del Prado que está ahí en la plaza y nos salíamos a caminar y a ver las huellas de los artistas y jamás me imaginé que un día las mías estarían ahí.
Fue una emoción que jamás olvidaré y además es muy bonito porque siente uno que ya quedó ahí para la posteridad.
