Melancolía, desesperanza, soledad y desamor. Esas son las emociones que pulsan en los delicados e intimistas temas de rock, con sazón de música ranchera, del cantautor mexicano Mitre.
Mitre, quien también es guitarrista, une de manera singular en letra y música la lírica de la derrota amorosa que hizo tradición el icónico compositor mexicano José Alfredo Jiménez con la pasión desgarrada del rockero australiano Nick Cave. Una unión poco común en un artista novel.
“Escucho muchas cosas. Desde niño soy muy abierto a todo tipo de música, desde rancheras hasta jazz… Definir lo que yo hago siempre es la pregunta más complicada de una entrevista, porque la única respuesta que tengo es que no sé cómo definirme”, detalla el cantautor en una entrevista desde Los Ángeles, en donde reside.
Mitre grabó ya su primer disco, epónimo, que salió a la venta el 14 de julio bajo el sello de Sonic Ranch, unos míticos estudios de grabación casi en la frontera con México.
El cantautor llegó hace dos años a Sonic Ranch para trabajar como aprendiz y ofició de todo, desde barrer el piso hasta conectar los instrumentos de otros artistas.
Pero antes de llegar allí, Mitre tenía ya un largo camino recorrido en la música de México como productor y compositor para artistas de pop, entre ellos, Pambo, Kalimba y Reik.
“Me fui de la ciudad de México, en donde vivía, porque estaba en un proceso muy fuerte de duelo, necesitaba viajar y sacar lo que traía adentro y así fue como terminé viviendo en Tornillo, Texas, trabajando en los estudios de Sonic Ranch, ahí nacieron muchas de las canciones” de su primer disco, señala Mitre.
“El tiempo que pasé en Sonic Ranch fue de mucho aprendizaje… fue un parteaguas personal y profesional al vivir 24 horas inmerso en música, entre músicos, me pulió como persona”, detalla Mitre.
Su primer fruto
También en esos estudios, Mitre conoció al compositor méxico-estadounidense de rock-folk David Garza, a quien le enseñó sus canciones. Garza fue el primero que lo animó a grabar un disco.
En Mitre, el músico entrega elaborados temas como Aguacero (en donde canta a dúo con Garza), Depredador, Katarina, Lloro, Salto sin red, Saudade, Zopilote y Pregunta sin respuesta.
“Nunca he creído en las reglas musicales… a mí me gusta hacer simplemente la música que me nace, justamente así nació este disco, es el resultado de todas mis influencias”, detalla Mitre sobre el sonido peculiar que lo caracteriza.
En la forma de composición y en la forma de cantar en Mitre se advierten influencias de artistas tan disímbolos como la cantante costarricense de ranchero Chavela Vargas, el cantante mexicano de ranchero Jorge Negrete, el rockero estadounidense Elvis Presley y el rockero británico Morrisey con dosis del poeta mexicano Jaime Sabines.
“Pon toda esa mezcla, en una olla en medio del desierto, y a eso suenan mis canciones, a eso saben”, dice Mitre entre risas.
Todo el disco de Mitre, reconoce el artista, habla del dolor de la pérdida.
“Las canciones hablan de ese proceso de la muerte.. no necesariamente la muerte trágica, sino la muerte como una metáfora, del fin de una relación, o del fin de una etapa de la vida”, detalla.
Una de las canciones más intensas del disco de Mitre es Lloro, en la cual hace dueto con la cantante mexicana de pop Pambo. El tema es una especie de rock-folk de aire western, al estilo de la música del compositor italiano Enio Morrricone.
“Secuestrastre mi universo / Tus palabras son veneno que aún me está intoxicando/ con tu adiós color violento me dejaste un caos perfecto”, dice la desgarrada letra de Lloro.
“Yo estaba en una velada bohemia y ella (Pambo) estaba ahí también… Canté Lloro y me pidió que se la cantara otra vez, me hizo que la cantara seis veces. Al final me dijo que ella quería cantar conmigo esa canción”, rememora Mitre sobre cómo surgió la colaboración con la cantante de pop-rock.
Mitre revela que planea hacer una gira por Texas en agosto o septiembre y que pasará por Houston. “Finalmente tengo que llevar las canciones al lugar en el que nacieron, por eso me urge ir a Texas”, finaliza.
