“Todo Irá Bien” es una canción íntima, luminosa y sanadora. Sobre una base cálida de guitarra con aroma a bolero, ambos artistas dialogan con sus versos en un tono sereno y esperanzador. Hablan del dolor, sí, pero también de la fuerza que se encuentra en los vínculos, en la palabra, en la música que abraza cuando todo se tambalea. El tema nace de la necesidad de alzar la voz para quienes están atravesando momentos difíciles. Con su letra reflexiva y su energía contenida, la canción se convierte en un bálsamo en tiempos de incertidumbre, un recordatorio de que incluso en la oscuridad más densa puede haber una luz al final del camino.
Nach, una de las voces más respetadas y longevas del rap en español, continúa trazando puentes entre generaciones y territorios. Tras décadas dejando huella con sus canciones y su compromiso artístico, el alicantino regresa con “Todo Irá Bien”, nuevo adelanto de su esperado álbum que verá la luz a finales de 2025. En esta ocasión, lo hace acompañado de Nanpa Básico, referente del movimiento independiente latinoamericano y un maestro en convertir vulnerabilidad en fortaleza.
Nanpa Básico es una de las voces más auténticas del panorama latinoamericano. Desde Medellín, el artista colombiano ha conseguido conectar con una audiencia global gracias a su sensibilidad, su coherencia artística y una visión del rap como espacio de introspección, verdad y resistencia. Esta colaboración no solo representa la unión de dos continentes, sino también de dos generaciones y dos formas de entender la música como refugio.
El tema, esta disponible desde el 20 de junio de 2025, vendrá acompañado de un videoclip que refuerza su mensaje central: cuando todo parece tambalearse, hay música que te recuerda que no estás solo. Se presenta como una de las colaboraciones más emocionantes del nuevo proyecto de Nach. Una canción que no grita, pero resuena. Que no promete, pero acompaña. Que no impone, pero se queda.
Con “Todo Irá Bien”, Nach vuelve a demostrar que el rap puede ser profundo sin dejar de ser accesible, y que cuando la palabra se pone al servicio de la emoción, el resultado trasciende cualquier etiqueta.
