
Por: Blanca Martínez
El alma se le escapó
Nuevamente en el lunario
Y completo se entregó
Cantando en el escenario
Su talento indiscutible
El aplauso provocó
Un concierto irrepetible
Que el público ovacionó.
¿Y quién le puede prohibir
que se entregue cuando canta?
Si además de seducir
Ese estilo sí que encanta.
Y su voz privilegiada
Que se mete al corazón
Se viste de madrugada
Y crece en cada canción.
Sus manos hacen figuras
Con la guitarra, su amante
Y describe las locuras
Y pasiones de un cantante.
El que habla es su corazón
Porque es un gran canta autor
Que regala su emoción
Sin censura y sin pudor.
Lleva el amor en su nombre
Lo viste en cada canción
Este cubano es un hombre
Que desborda su pasión.
Un aplauso interminable
De un público amaurizado
A un talento inigualable
Que a pulso se lo ha ganado.