
Como en la década de los 80, cuando ofrecía grandes temporadas en los centros nocturnos del país, la actriz y cantante mexicana Lucía Méndez sedujo al público con el espectáculo “Noches de cabaret”, donde se autollama “La diva de México”.
“Una diva es aquella mujer con trayectoria, no con actitudes, la que comprueba que con trabajo se ganan las cosas y obsesivamente trato de hacer lo mejor que yo puedo. De alguna forma agradezco a Dios y a la vida, soy una diva del pueblo y amo a mi pueblo”, resaltó la artista en declaraciones a la prensa al concluir el “show”.
Ante invitados especiales y representantes de los medios de comunicación, Lucía Méndez interpretó durante dos horas unos 28 temas de su repertorio personal, entre baladas, popurrís de telenovelas en las que ha participado y clásicos rancheros.
Aunque hubo fallas en el sonido, siempre cantó en vivo y sólo hizo “playback” en una canción. Bailó junto a siete bailarines y se cambió el mismo número de vestuario confeccionado, en su mayoría, en pedrería y plumas.
Estuvo acompañada de una orquesta de nueve músicos, así como de seis travestis con los que actuó en un divertido “sketch” para recordar a los personajes más importantes de su trayectoria en los melodramas.
A las 23:15 horas de este jueves arrancó el espectáculo tras la proyección de un video en el que se narró paso a paso cada uno de sus logros artísticos.
Al anuncio de: “Con ustedes, la diva de México”, Lucía apareció sobre el escenario ataviada con un abrigo de mink color negro, del que poco después se despojó para mostrar un atuendo ceñido al cuerpo en tonos dorados.
Al estilo Las Vegas, rodeada de elegantes bailarines y travestis vestidos con trajes de dos piezas y plumas, abrió la velada con “Put the blame on mame”, melodía que pertenece a “Gilda”, película estadunidense de 1946.
“Hoy vengo a hablarles de mis alegrías y tristezas, de muchas cosas maravillosas que me ha brindado la vida y sobre todo, puedo hablarles del amor. De alguna manera he tenido novios, no muchos, pero sí les puedo decir que cuando me casé, la primera vez, fue virgen, como todas las mexicanas.
“¿A poco no? Quiero decirles que Salma, yo y Gloria Trevi nos casamos señoritas”, expresó en medio de chiflidos de halago del público, para luego interpretar “Enamorada” y “Margarita”.
“Tomamos un poquito de agua porque no es lo mismo los tres mosqueteros que 20 años después. A continuación, vamos a cantar algo que tiene que ver con los hombres, qué difícil es tener relaciones con ellos. El que te sale mujeriego, el que no es macho es impertinente, el que no es borracho es odioso.
“Nosotras somos nanas, madres, cocineras, sirvientas, licenciadas y a veces hasta objeto de placer sexual. Yo le digo a mis comadres que nos quieran, que nos apapachen, que cuchiplanchen y pongan todo a su nombre”, comentó previo a “No hay hombres”.
Este fue el momento en el que los más de 380 asistentes en el Babilonia Show Center acompañaron a Lucía desde sus asientos con movimientos rítmicos.
Aunque hubo fallas en el sonido, pues tuvieron que cambiarle el micrófono en dos ocasiones, incluso, algunos instrumentos estaban más arriba de su voz, la cantante siempre mostró su profesionalismo y lo justificó al decir: “Es un ‘show’ en vivo”.
Con su hermano Abraham Méndez y Benny Corral como directores artísticos en la cabina, la estrella de los 80, ahora portando un vestido azul turquesa que dejaba ver su delineada figura, entregó “Nos aburriremos juntos” y después uno de sus primeros éxitos “Don corazón”.
“Esta canción es de una novela que me permitió irme por el mundo y con la que me comunico con ustedes”. Se refería a “Corazón de piedra”, extraída del melodrama “Tú o nadie” (1985), que protagonizó con Andrés García.
“Espíritus” recorriendo la sala, una bruja a punto de morir quemada por la Santa Inquisición y “Diana Salazar” asomada en el balcón del segundo piso, fueron el preámbulo para presentar “Un alma en pena”, de Juan Gabriel, éxito que identificó a la telenovela “El extraño retorno de Diana Salazar” (1988).
Ya en su tercer cambio de ropa, con un vestido negro y algunas partes transparentes, Lucía Méndez se mostró sensual para interpretar “Castígame”, con la que se sentó en las piernas de uno de sus bailarines y dejó que éste recorriera su cuerpo.
“Ya la pagarás” la dedicó a “todos los desgraciados”, y para cantar una de las más significativas en su carrera, “Un nuevo amanecer”, pues su hijo Pedro Antonio se la escribió, portó un elegante vestido blanco de plumas.
“Yo atravesaba por un divorcio y ya saben cómo se pone uno con el mal de amores que incluso, no comes. La hizo con un sentimiento universal, pero yo se la dediqué a él, porque realmente me sacó de la oscuridad para entender que siempre hay un nuevo amanecer”, expresó.
Con el apoyo de las palmas entregó “Amor, amor” y tras saludar a su madrina, la actriz Carmen Salinas, y a los comunicadores Juan José Origel y Maxine Woodside, quienes estuvieron en primera fila, presentó “Culpable o inocente”, “Juntos por costumbre” y “Se acabó”.
Con total sentimiento y sentada en una silla compartió el tema “La que más te ha querido”, que dedicó a su ex esposo, el productor Pedro Torres. Finalizó su actuación de rodillas y besando el suelo.
Después vino el “sketch” en el que, a través del concurso “Quién dijo yo”, participaron los travestis Melanie, Michelle, Maruja, Ximena, Casandra y Angie, caracterizados como los personajes que Lucía ha interpretado en las historias “Viviana” (1978), “Colorina” (1980), “Tú o nadie” (1985), “El extraño retorno de Diana Salazar” (1989), “Marielena” (1992) y “Vanessa” (1982).
Uno de los momentos más emotivos de la noche vino con “Amor eterno”, que dedicó a su hermano Carlos Antonio y a su madre Martha Ofelia Pérez, quienes fallecieron en 2010, con una diferencia de 10 días. Al tiempo se proyectaron imágenes de ambos y Lucía, a punto del llanto, finalizó con una dedicatoria especial.
“Amor de un rato”, “Cielo rojo”, “El corrido de Chihuahua”, “Caminos de Guanajuato”, “Guadalajara” y “El viajero” definieron el popurrí ranchero para cerrar “Noches de cabaret”.
Sin embargo, ante la insistencia de otra más, Lucía Méndez regresó y cantó de nuevo “Enamorada”. Cerró con broche de oro junto a bailarines al estilo Las Vegas.
Fuente: publimetro.com.mx