Treinta mil almas corean :“¡a mí que me lleve el diablo!”
FRONTERA COMALAPA, Chiapas.- A unos pasos de esta ciudad está la línea imaginaria que divide el territorio mexicano con el guatemalteco; la noche del miércoles no hubo frontera porque llegaron Los Huracanes del Norte con su gran poder de convocatoria –que es su música- y atrajeron a treinta mil personas y no hubo diferencia, los de allá y los de acá se unieron en armonía para disfrutar del estilazo de Los Meros,Meros,Meros de la música norteña.
Efectivamente, fue un día y una noche fantástica para los miles de guatemaltecos y mexicanos que llegaron a Comalapa para gozar de la feria tradicional que se hace en honor al Santo Niño de Atocha. Hubo mucho comercio, mucha tertulia y sobre todo, mucha música de los tan esperados Huracanes del Norte.
Desde muchos días antes las estaciones de radio del país centroamericano como Huehuetenango, La Mesilla, Coatepeques, y otras, así como la de nuestra patria: Comitán, Tuxtla Gutiérrez y hasta Tapachula, anunciaban con bombo y platillos la presencia de Los Huracanes y motivaron la expectativa en el Sureste.
No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla, así que el miércoles 27 de febrero en punto de las 22.00 horas se escucharon los estruendos del audio y el cielo se iluminó con las luces “inteligentes” para dar paso al show de Los Huracanes del Norte que comenzó con el tema “Que me lleve el diablo” (de Cuco Sánchez) que por estos lares “es como un himno”, decían las voces de la chaviza.
Y ahí comenzó el delirio de una multitud que durante casi tres horas disfrutó de sus ídolos; todos corearon sus canciones, muchos pedían sus favoritas; las chavas se desgañitaban para gritarle al Chapete o al Rocky que traen su pegue; otros más maduros pedían las viejitas: que tocran “La Suburban Dorada”, que “El gato de Chiguagua”, y hasta los que se acordaban de las cubias de antaño, “La güera musiquera” o “Amanda ciérrale” , pedían a gritos la complacencia.
Fue una noche delirante que culminó con mucho sentimiento y donde hubo música para todas las edades y para todos los gustos, porque Los Huracanes del Norte eso tienen, los fundadores con 40 años de trayectoria traen todo el bagaje musical y el estilo, mientras los jóvenes del grupo, traen todo el romanticismo que atrae tanto a la juventud hoy.
Mexicanos y guatemaltecos no querían que se fueran “sus” Huracanes. Que no se fueran sin antes tocarles la canción que han hecho su favorita y como decían por ahí “es como un himno ya”, “A mí que me lleve el diablo”, decían nada más por decir, pero la verdad es que lo que querían era irse todos contentos.
La velada concluyó casi a la una de la mañana del jueves y todos bien contentos y sobrios (porque esta feria era con “ley seca” ) siguieron por las calles y caminos de Comalapa cantando las canciones de sus ídolos y gritando por doquier “¡uuuyyy, échele mi Chuy!”, ya luego la noche se hizo sueño…
