Fuente: sdpnoticias.com –
Por: José Romero Mata –
La Dinastía Rivera ha tenido éxito, porque sabe que al pueblo no le gustan los artistas de plástico o acartonados y se identifica con los auténticos y de a de veras, afirmó su patriarca Pedro Rivera.
El padre de Lupillo, Jenni, Juan y Pedro Jr. (este último pastor y cantante de música cristiana), afirmó que el mayor sueño que tiene es que todos, sin excepción sean reconocidos, triunfadores y tengan una trayectoria ejemplar.
Entrevistado por Notimex, evadió comentar sobre el incidente protagonizado por su hija Jenni, quien fue detenida este lunes en el aeropuerto de la Ciudad de México por no declarar que traía poco más de 52 mil dólares.
“Estoy muy molesto. Pero no quiero decir nada para no lastimar a nadie con mis palabras. Afortunadamente todo se arregló y sé que mi hija está en Los Angeles y sólo sé que esto a todo mundo le sucede”, dijo sin abundar más.
Pedro Rivera será objeto de un homenaje el próximo jueves por el Nuevo Teatro de Los Angeles, que lo reconocerá como “una leyenda mexicana en Los Angeles” y en donde cantará acompañado de banda y mariachi.
Cuestionado sobre el sello de la Dinastía Rivera, respondió: “Siempre les digo que no traten de imitar a nadie y que aunque no canten bien o no tengan voz lo mejor es captar el sentir y esencia de nuestra música”.
“Ahí está todo. Nuestro pueblo se identifica con seres reales, con gente sencilla como ellos y por tener una comunicación directa. El intérprete debe transmitir ese sentir, porque venimos de ahí mismo, del pueblo”, dijo.
A Rivera se le insistió en que a sus hijos, en especial a Jenni, Lupillo y a Juan se les ha criticado que se embriaguen en el escenario o que se involucren en escándalos como se le ha multiplicado últimamente a su hija Jenni.
Jenni, cuyo nombre verdadero es Dolores Rivera Saavedra, ha sido arrestada por golpear con el micrófono a un fan; apareció en un video sexual en Internet con uno de los miembros de su banda y se ha caído en el escenario por estar totalmente ebria.
“Hay mucho de mentiras y sólo ánimo de querer vender. Mis hijos no son alcohólicos porque si lo fueran no aguantarían conciertos de tres o cuatro horas y al siguiente día estarían tronados y nada de eso ocurre”, aseguró.
El nacido en La Barca, Jalisco, aceptó que ninguno de sus hijos ha tenido estudios de música. Todos tienen una carrera de lucha y esfuerzo y después de ser meseros, vendedores de casas o en mercados, ahora son cantantes, resaltó.
En la entrevista concedida en sus oficinas de Long Beach, Rivera, quien es propietario del sello disquero Cintas Acuario, declaró que a pesar de su edad, todavía está a la espera de que le llegue su éxito musical.
“Ese sueño no se me morirá y permanecerá hasta el último de mis días”, expresó, quien ha grabado unos 40 CD y cientos de canciones y compuesto unos 40 temas, pero nunca me he puesto a contar lo que he hecho en mi carrera.
Rivera representa una más de las miles de historias impactantes de inmigrantes indocumentados que ingresan a Estados Unidos en busca del “Sueño americano”. “Llegue a este país en 1966 el mismo día en que Javier Solís murió”, recordó.
“Llegué solo con una mochila, sin dinero y empecé a trabajar en el campo, garrotero, después fotógrafo de bautizos y cantinas, hasta que me llegó una oportunidad de cantar en una estación de radio para aficionados”, dijo.
“Ahí se me dio mi primera oportunidad, ya que luego en las fiestas gritaban que el fotógrafo cante y como me animaba empecé hasta que me llegó mi primera grabación”, quien ubica su canción favorita “Dame por muerto”.
“Sé que no he tenido grandes éxitos como Jenni o Lupillo, pero sus logros son míos y eso me hace sentir feliz pero no descansaré hasta no ver que mis otros hijos han alcanzado el triunfo”, enfatizó.
Sobre la carrera de Lupillo, que hace varios años tuvo trascendencia, pero que se ha opacado en la actualidad, explicó que esto se debió a que entró en conflicto con gente de su disquera “pero eso ya se acabó y pronto retomará su camino”.
Pedro Rivera también ha actuado en películas mexicanas como “Asalto en Tijuana”, “Camino al infierno”, “La tumba del mojado”, con Rosenda Bernal y Pedro Infante Jr. y la trilogía de Los Tigres del Norte: “La jaula de oro”, “La puerta negra” y “El corrido de Los Pérez”, esta última con los hermanos Almada.
