VIVE EN MI CORAZON Y NO PAGA RENTA

Siempre admiré a Vicente Fernández pero esta admiración y este respeto al artista y a la persona se multiplicaron cuando tuve el privilegio de conocerlo en persona.

Recuerdo ese día como si fuera ayer…fuimos a su rancho Arturo Rivera (mi moreno de ébano) que era el coordinador editorial de Furia Musical, Carlos Aquilar (q.e.p.d.) y Luis Sánchez como fotógrafo.

La idea era publicar en Furia Musical “La verdadera historia de Vicente Fernández contada por él mismo” y saldría publicada en varias ediciones de la revista.


Desde que llegamos la verdad todos estábamos muy nerviosos porque nos habían dicho que el señor era “muy especial” y de carácter fuerte. Mil veces nos repetimos que no ibamos a ser imprudentes y que no preguntaríamos tonterías para no arruinar la entrevista.

El señor es un extraordinario anfitrión y nos atendió como reyes. Finalmente prendimos la grabadora y nunca olvidaré aquella entrevista, Vicente nos abrió su corazón, recordó su carrera y su vida paso a paso, habló de todo y sin tapujos, a su estilo inconfundible y lloró, lloramos todos, fue una experiencia que jamás olvidaré.

Luego nos invitó a comer ¿se imaginan lo que fue para nosotros comer en la mesa con Vicente Fernández y su familia? Cuquita nos atendió como reyes y la verdad a todos se nos cayeron los calzones.


Recuerdo que en una de las ocasiones que visité el rancho le dije que me gustaba mucho el Cristo que él mismo diseñó para la capilla que tienen en el rancho y agarró una hoja blanca de papel y me lo dibujó ahí y me lo dedicó. Ese Cristo tiene un lugar muy especial en mi casa.

El rancho es impresionante, Vicente es impresionante, todo nos tenía enloquecidos, emocionados y muy satisfechos por la maravillosa entrevista que nos dio y sobre todo por la lección de vida que todos recibimos.

Nos dimos cuenta el por qué del éxito de Vicente Fernández y de que es un artista en toda la extensión de la palabra y escrito con mayúsculas.


A esta entrevista le han seguido muchas y recuerdo con gran emoción algo que quiero compartir con ustedes. Cuando salió en las noticias que habían secuestrado al hijo mayor de Vicente Fernández todos los periodistas amigos de don Vicente querían la exclusiva, en aquel momento yo que soy madre pensé en la angustia que estaría viviendo esa familia, en las lágrimas de Cuquita y en la desesperación e impotencia que seguramente sentía Don Vicente. Y en lugar de pedirle una entrevista le mandé por fax una carta que escribí con el corazón.


Tiempo después gracias a Dios Vicente hijo regresó a su casa con su familia y su papá tenía una presentación en un lujoso y prestigiado hotel de Las Vegas y me invitó. Ahí estaba Cuquita, Vicente hijo y más gente de su familia. Cuando entré al camerino de Vicente Fernández me dijo con lágrimas en los ojos que había enmarcado mi carta, que yo había sido la única periodista que no le había pedido la nota, sino que le había enviado una carta dándole ánimos en un momento tan difícil. Por supuesto no pude contener las lágrimas…