Por: Blanca Martínez
¿Cómo olvidarte, amigo querido, si me hiciste sentir parte de tu familia? ¿Cómo asimilar que ya no estás en este plano cuando eres un hombre tan lleno de vida, de planes, de talento en la música y la producción? Pero también sé que sufriste mucho la partida al cielo de tu amada esposa, mi querida Maribel. ¿Cómo olvidar esos días maravillosos en la casa de ustedes comiendo las deliciosas tortillas de harina que hacía Maribel con sus memorables frijoles refritos.
Me hiciste sentir en familia, tu hijo José Luis, “El Wero” que hoy es baterista del grupo La Leyenda me dejaba su cuarto lleno de estrellas para que estuviera cómoda. Jamás olvidaré todos los detalles que tuviste conmigo y todas las cosas que hicimos juntos.
Aún recuerdo como si fuera ayer lo feliz que estabas cuando hiciste la producción del disco de nuestra amada Verónica Castro. Recuerdo que no podías creer el día de la presentación del disco que ella te pidió que cantaras con ella la canción “Este pedacito es tuyo” porque tú le hiciste la segunda voz. ¡Recuerdo tu emoción!
Recuerdo todo lo que me contaste de tu experiencia de tenerla en el estudio de grabación, de la sencillez de Verónica. ¡Cuántas cosas vivimos juntos mi rey!
¿Te acuerdas cuando la contrataron para que cantara junto a Ramón Ayala y Los Bravos del Norte y lo padre que la pasamos?
Jamás olvidaré tampoco las producciones en las que me ayudaste, tanta gente que me presentaste y el apoyo que siempre me diste. Recuerdo mucho cuando cantabas con tu perrita Yorkshire terrier en la sala de tu casa y cómo nos hacías reír a todos.
Recuerdo aquel día que me llamaste para decirme que Jaime Camil estaba grabando en tu estudio el tema “Dime” en versión norteña y que él quería que yo fuera porque tú le dijiste que yo era la persona indicada para asesorarlo en la cuestión grupera.
Como después te conté, desde aquel día que lo conocí gracias a ti, hicimos una amistad que perdurará hasta el último día de mi vida, porque gracias a ti conocí a este ser maravilloso que es Jaime Camil.
Desde aquella vez que estábamos con él en el estudio se nos ocurrió llevarlo a los premios Furia Musical a que cantara la versión norteña y recuerdo que Jaime disfrutó mucho aquella noche y lo hice que le aventara al público el sombrero norteño que llevaba y resultó que era de un primo y Jaime y yo nos reímos mucho después.
¡Ay José Luis! cómo recuerdo lo preocupado que estabas porque tu hijo “El Wero” cumpliera sus sueños, me imagino que te fuiste orgulloso de él porque es un gran músico y me encanta que forme parte de grupo La Leyenda.
Dejaste un gran legado amigo, como productor, como músico, como padre, como hermano, como hijo. Eres un ser humano que , quienes te conocimos, jamás te olvidaremos.
Me uno al dolor de toda la familia de José Luis Ayala y deseo que estés difrutando ya de la gloria de Dios. Descansa en paz, amigo. Te quiero siempre.
