¡FELIZ DÍA DEL NIÑO PARA TODOS!

Tu niño o niña interior jamás debe morir y este día del niño tan peculiar por lo que estamos viviendo, me inspiró para compartirles a mi niña interior.

Empezaré por contarles la historia de esta fotografía, el vestuario que llevo me lo hizo a mano totalmente mi mamá y fue para salir de Reina de las Hadas en el festival del kinder.

También les compartiré un poema que me escribió mi mamá ya que le gustaba mucho escribir poemas y tuve el privilegio de poder cumplirle uno de sus sueños: publicar su libro de poemas. No lo hizo para comercializarlo, sino para regalarlos a sus amistades, imprimimos mil.

En este libro que se llama intimidad, Poemas, mi madre escribió esto que se llama:

LA BUTAPA
Escrito por Blanca Martínez Vacca

Tres años tenía mi hija
cuando por portarse bien
le ofrecí darle un juguete
e ir a comprarlo también.
Cabe aquí hacer la mención
que mi hija les decía
a las galletas “gataca”
y a las pelotas “butapa”.
Cuando entramos en la tienda
vio una pelota gigante
que enseguida le agradó
y la quería al instante.
Yo divisé un paysito
que era también musical
y le dije ¡qué bonito!
¿no te lo quieres llevar?
Ella contestó muy seria
no me gusta ese payaso
y dándose media vuelta
dijo: ¡quiero la butapa!
Cada vez que lo decía
subía el tono de voz
yo no hallaba qué decirle
en aquella situación.
E insistí, mira, cariño
el payaso está muy lindo
tiene una cara de niño
y con él podrás jugar.
Ella respondió enojada:
¡ya te dije! ¡no lo quiero!
lo que yo quiero llevarme
de una vez es la butapa.
Ya cansada de insistirle
le acerqué aquel paysito
diciendo: debes llevarlo
¿no ves que está muy bonito?
Ella, ya muy disgustada
aventó así el payasito
que cuando cayó en los mosaicos
el pobre quedó hecho añicos.
Ella se tiró en el suelo
se revolcó varis veces
yo la miraba asombrada
no sabiendo ya qué hacer.
Mientras tanto las personas
que abarrotaban la tienda
se nos quedaban mirando
escuchando la reyerta.
Yo estaba desesperada
y tanta pena tenía
que deseaba en ese instante
que la tierra me tragara.
Levanté a pobre payaso
y con mucha, mucha pena
me dirigí hasta la caja
a pagar el desperfecto.
Y ella salió de la tienda
cual si no pasara nada
¿adivienen qué llevaba?
acertaron: ¡la butapa!

No tengan miedo de no dejar morir a su niño o niña interior, al contrario, déjenlo salir de vez en cuando y por las noches…no se sientan cursis por decir aquello de:

“Angel de mi guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, no me dejes sola que me perdería”.

¡Feliz día del niño para todos!