No cabe duda que el 2020 que está por terminar ha sido un año difícil a nivel mundial. Por mi trabajo estoy muy cerca de la industria de la música y me tocó ver este año todo tipo de casos.
Por un lado los grupos y artistas que han sido previsores y organizados y que no abandonaron a sus músicos ni a sus empleados en esta situación tan difícil e inédita. Nadie imaginamos jamás vivir una situación como esta.
Por otro, los que no sólo no les pagaron ni un quinto sino hasta les quitaron su seguro social, y por si eso no fuera suficiente, ni siquiera tuvieron una palabra de aliento para quienes han trabajado para ellos durante mucho tiempo. Si el público supiera se sorprendería muchísimo.
Por un lado las personas que están en las buenas, en las malas y en las peores, que siempre te escriben aunque estén a la distancia o estén cerca, o te marcan, hablo de esos que están pendientes de ti. Que demuestran con hechos que eres importante para ellos.
Y por otro los que nunca tienen tiempo, aunque estén cerca o a la distancia, para escribirte o llamarte. Los que si no encuentran beneficios se desaparecen y cuando aparecen sólo es para hablarte de lo que ocupan de ti. Y estoy segura que ahorita que estás leyendo esto ya los estás identificando.
Si después de este 2020 tan aleccionador seguimos siendo las mismas personas NO APRENDIMOS NADA, tenemos que aprender y MUCHO. Tenemos que saber diferenciar a las personas que han estado con nosotros SIEMPRE de las que están sólo cuando les conviene, tenemos que saber quienes realmente nos quieren. A mí me han sorprendido muchas personas, algunas porque pensé que estarían y no estuvieron y otras porque no pensé ser tan importante para ellas y lo soy.
En este año he conocido personas que trabajan gratis, por el simple hecho de AYUDAR, y mención aparte merecen todos los médicos y enfermeras y enfermeros que literal se han jugado la vida para salvar a otros.
Y también los que tenemos que ir a trabajar por la naturaleza de nuestros trabajos y que salimos a la calle con todas las precauciones pidiéndole a Dios que de quienes nos vayamos a rodear también estén tomando todas las precauciones.
Ah pero claro, también están los irresponsables que siguen yendo a fiestas, viajando y exponiéndose no sólo a contagiarse ellos , sino a contagiar a sus familias. Es tiempo de reflexionar.
En este 2020 he perdido a muchas personas muy queridas para mí, algunas porque ya no están en este plano, por este virus o por otras causas, pero que ya no están. Y otras que he perdido también por el virus, pero no porque se hayan contagiado de él, sino porque se han contagiado de negatividad, de egoísmo y se han alejado y ya no sé quienes son.
Pero este 2020 me ha acercado MUCHO MÁS a las personas que me quieren, a las que siempre han estado y estarán ahí, a las que todos los días me demuestran que me quieren. Algunas llevan mi sangre y otras no.
Y es que cuando le importas a alguien se nota
Y cuando no se nota más.
