Y que me enojo

Por: Chema Frías

1. Estaba escuchando la radio mientras comía cuando escuché que promocionaban un concierto de Mocedades en el Auditorio Nacional. Y que me enojo al instante porque estos Mocedades que se anuncian no son los Mocedades originales, son piratas. Lo único que tienen de original es el nombre. No se pueden sustituir las bellas voces de las hermanas Amaya, Izaskun y Estíbaliz Uranga, junto a Carlos Ubiaga, José Ipiña, Javier Garay, Sergio Blanco y el fallecido Roberto Uranga. Hasta donde sé, Javier Garay se quedó con el nombre e incluso hay dos agrupaciones que se denominan así: Mocedades, con otros integrantes que son reclutados para seguir explotando la marca. La otra agrupación la lidera Izaskun, miembro original. El caso es que les pidieron a estos Mocedades pirata que cantaran algo a capela y, ¡no pudieron! Claro, son cantantes reclutados solo para replicar lo hecho por los originales.

2. Los mejores grupos vocales son los que están integrados por hermanos, ya que poseen timbres similares y los ensambles son muy homogéneos. Eso era el sonido de Mocedades. Acá en México tuvimos a los Hermanos Zavala, en aquel histórico festival de la OTI. También a las hermanas Lascuráin en Pandora. El sello de Amaya, su voz principal, fue y es tan fuerte que sin ella estos Mocedades suenan a grupo de cóvers equis. Varios de los originales, incluida Amaya, conformaron otro grupo que ahora se llama El Consorcio y que, obvio, sí suenan a Mocedades. Incluso Estíbaliz y Sergio, que se separaron un tiempo para hacer el exitoso dueto, «Sergio y Estíbaliz» (Búscame, La Llamada), se integraron a El Consorcio, al igual que Iñaki Uranga, otro hermano. Sergio falleció en 2015.

3. En el 94 representé a México en el Festival Internacional de la OTI en Valencia, España, y tuve el gusto de convivir con los originales Mocedades llamados desde entonces El Consorcio. Me emocionó verlos y escucharlos en vivo, en especial a Amaya —¡qué bella voz!— cantando Cantinero de Cuba y otras. (Por cierto, a ellos les gustaba nuestra canción. Quedamos en 4º sitio por culpa del juez peruano, pero esa es otra historia). Irónico fue que en ese mismo evento presentaron a ¡Los Panchos! Un trío de falsos Panchos, pues ya solo quedaba vivo Alfredo «el Güero» Gil, su famoso requinto, y estaba retirado. Falleció en 1999. Me dieron ganas de gritar que era un fraude, que eran falsos, pero los españoles estaban tan felices de escuchar los éxitos de Los Panchos que me lo aguanté.

4. También hace unos años, me presentaron a un cantante afroamericano como supuesto integrante de «The Platters». Me quise reír en su cara y pedirle que no me la viera a mí porque yo escuché a The Platters en mi niñez y ya todos habían muerto, pero, obvio, alguien tiene el registro legal del nombre y lo siguen explotando. Principalmente en países a donde nunca fueron y con nostalgia por esas canciones. Me aguanté el disgusto porque nuestro anfitrión estaba muy feliz de tenerlo en su casa y nunca conoció a The Platters originales. (Only You, The Great Pretender). Me pasa cuando escucho que anuncian a Los Ángeles Negros, que desde que Germaín, el cantante original, perdió la voz, buscaron a dos que cantaran similar. (Se tienen que alternar porque cantar en ese registro vocal es muy demandante).

5. Acá vivimos un montón de suplantaciones y vemos bandas que se anteponen motes como «La Original», «La Auténtica», «La Internacional», etc., para tratar de convencer al público de que ellos son los buenos. También nos caen de vez en cuando Los Credence Revisited —o algo así—, y allá van todos los nostálgicos a pagar su boleto. Para eso, da lo mismo escuchar a una banda de cóvers en algún bar local. Lo hacen, muchas veces, mejor.

6. Claro que me enojo con tanta piratería.

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Un día más.
Y es único, irrepetible y original.

Chema Frías

*Lo escrito en esta columna es responsabilidad de su autor