13 DE MARZO, FUNDACIÓN DE TENOCHTITLÁN

A pesar de múltiples desacuerdos en cuanto a la fecha exacta de este acontecimiento, una de las fechas más aceptadas es la definida en la Crónica Mexicáyotl, según la cual fue el 13 de marzo de 1325 cuando los mexicas llegaron a la tierra que les había sido prometida por su dios principal, Huitzilopochtli, mientras aún habitaban la mítica Aztlán.

Fue hacia el año de 1160 cuando partió desde Aztlán, localizada en un punto desconocido al norte de México, una tribu guiada por la profecía del dios Huitzilopochtli, que les indicaba que debían construir su asentamiento definitivo sobre un lago. Este lago debía tener en su centro un islote con una roca, y sobre la roca una planta de nopal con un águila posada sobre ella devorando una serpiente. Peregrinaron así, hacia el sur, durante un promedio de 300 años.

De acuerdo con la Tira de la Peregrinación o Códice Boturini, que narra la peregrinación de los mexicas desde su lugar de origen hasta su llegada al Valle de México. Cuando salieron de Aztlán lo hicieron acompañados de ocho grupos más. Algún tiempo después, los mexicas se separaron de estos pueblos, por órdenes de su dios, quien les dijo que a partir de ese momento tendrían que buscar el sitio prometido ellos solos.

A muy grandes rasgos, se cuenta que tras la separación, los mexicas llegaron a la región de Tollan-Xicocotitlan, donde Huitzilopochtli les ordenó que desviaran el cauce de un río para crear una laguna en torno de un cerro. Vivieron en esa tierra hasta que Huitzilopochtli les hizo salir de ese sitio y continuar la migración. Llegaron entonces al valle de México, siguiendo su camino, hasta que se asentaron en territorio de los tepanecas de Azcapotzalco.

Finalmente, tras un sinfín de historias, y luego de cientos de años de peregrinar guiados por Huitzilopochtli, llegaron a un lugar el cual era “casi un pantano, del que sólo sobresalían unas rocas, rodeado de cañaverales, en el Lago de Texcoco”, donde según la historia, vieron en el lugar un águila sobre un nopal devorando una serpiente. Los mexicas por fin habían llegado a su destino, y dando por terminado su peregrinar, fundaron ahí mismo, lo que llegó a ser entonces y sigue siendo hasta la fecha, una de las ciudades más grandes del mundo.

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