19 DE JUNIO, DÍA INTERNACIONAL PARA LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA SEXUAL EN LOS CONFLICTOS

En 2015, las Naciones Unidas adoptaron el 19 de junio como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos. El objetivo del día es “crear conciencia sobre la necesidad de poner fin a la violencia sexual relacionada con el conflicto, honrar a las víctimas y sobrevivientes de la violencia sexual en todo el mundo y rendir homenaje a todos aquellos que han dedicado valientemente sus vidas y perdido su vida defendiendo la erradicación de estos crímenes “.

Durante esta década, hemos sido testigos de avances innovadores en la lucha contra la violencia sexual relacionada con el conflicto, incluidos los enjuiciamientos exitosos por tribunales nacionales e internacionales contra los perpetradores que parecían intocables; reformas legales y legislativas para mejorar la protección y garantizar el acceso a la justicia para sobrevivientes y testigos; conjuntos integrales de servicios especializados para sobrevivientes, incluidas iniciativas de rehabilitación socioeconómica y reparaciones; códigos de conducta para las fuerzas de seguridad para garantizar la sensibilización y la capacitación sobre la violencia sexual relacionada con el conflicto; y una mentalidad global que renuncie firmemente a estos crímenes y respalde los esfuerzos de las mujeres y sus organizaciones para eliminarlos.

Sin embargo, en todo el mundo, la violencia sexual se sigue utilizando como una estrategia táctica, efectiva y libre de costos para aterrorizar a las comunidades y facilitar los logros territoriales, políticos y económicos en el campo de la guerra. En la República Democrática del Congo, la violencia sexual se ha extendido a las provincias que alguna vez no fueron afectadas por el conflicto; en Myanmar, las comunidades se han visto obligadas a huir debido a violaciones graves de los derechos humanos, incluida la violencia sexual generalizada.

La respuesta de la comunidad internacional debe ser clara, integral, rápida y sostenible. Prevenir estos crímenes debería ser nuestra prioridad número uno.